Pues si, bastante interesante el post. Pero antes de adentrarme en la felicidad os voy a contar como acabó mi día de fruta: mal, fatal y no es por que yo no pusiera de mi parte. Cuando salí de trabajar a eso de las 19'00 me fui para el metro con tan mala suerte de que pisé mal. Salí volando cual superman y las consecuencias fueron las siguientes: esguince de tobillo ( en el mismo pie que la última vez), rodilla completamente despellejada y con alguna herida profundilla, muñeca luxada y hoy al levantarme he notado un dolor en el costado. Además cuando me intentaba levantar del suelo pues notaba como me iba bajando la tensión. Resultado que tuve que llamar al Koyote para que me viniera a buscar, no estaba yo para ir en el metro. Y claro cuando me vio me pregunto: pero tu que has comido hoy? y yo contesté: fruta, más fruta, más fruta, agua y ensalada de lechuga. Con cara rancia me dijo: yo preparo la cena. No pude decir que no. Llegué a casa puse el pie en alto y me sirvió unas salchichas al vino que me supieron a gloria bendita. Así que a las 10 me acosté hasta las 7 de la mañana de hoy.
Felicidad:
Ayer mientras dormitaba en el sofá, en las noticias dijeron que España está en la decimosexta posición en cuanto a felicidad se refiere, independientemente de la crisis que estamos pasando. Y la verdad es que no se si esto es del todo cierto, por que en estas encuestas se miente más que se habla.
Lo que si es cierto es que no somos completamente felices o tristes absolutamente todos los minutos del día. Pero que la felicidad está compuesta por pequeños detalles, por pequeños momentos, por pequeñas sensaciones, lo mismo que la tristeza y es ese balance lo que nos permite ser o no ser.
Desde luego, el dinero no te da la felicidad, pero como dicen por ahí: ayuda. Y supongo que en estos momentos hay miles de españoles que están con el agua al cuello, intentando llegar a fin de mes, intentando cubrir sus necesidades básicas, intentando sobrevivir y eso es un gran esfuerzo que cansa y agota.
Por mi parte que siempre he vivido en crisis, moderada pero crisis al fin y al cabo, hay algo que no entiendo y que nunca he compartido: el vivir por encima de nuestras posibilidades. Y creo que mucha gente lo hacía, incitada principalmente por esta economía consumista y por los bancos que concedían créditos y a diestro y siniestro.
Yo tampoco salgo mucho por ahí. No gasto ni un euro más de lo que realmente es necesario (ya me gustaría a mi ir todos los días de cenita, comprarme trapitos, viajar, y comprar los objetivos que quiero para que mis fotos sean cojonudas). Mis salidas se reducen a casa de los amigos. Y los fines de semana me voy con bocata incluido a hacer senderismo con mi Koyote y mi perra. Ya no compro ropa, y los viajes que realizo son a Alicante que mis padres tienen casa.
Lo negativo que hay en mi vida, es que odio mi trabajo. Y se que si hubiera estudiado veterinaria como yo quería, sería la persona más feliz del mundo. Pero me paso 8 horas medio amargada por que no soporto ir a la oficina.
Y yo también soy de esas que quiere una lotería para pagar las dos hipotecas que tenemos y, simplemente, para vivir sin preocupaciones económicas. Las demás preocupaciones, que a día de hoy no tengo, sabré resolverlas de la mejor manera posible cuando lleguen.
Así que creo que como la mayoría de los españoles yo no soy ni completamente infeliz, ni completamente feliz. Eso sí: trato de disfrutar al máximo de lo que me rodea: mis amigos, mi pareja, mis perros y mi familia que es un tesoro.
Por otro lado se, que no hay mal que dure cien años, y aplico lo único que aprendí me di ex: no te preocupes, ocúpate.
Besos a todos.
